Me toco volar sin alas...


Falta mucho por aprender, me toco volar sin alas, decir adiós sin morirme y renunciar a mi destino para escribir otro.

sábado, 22 de febrero de 2020

Yo escribo para ti, porque te amo.


Hoy tuve una cita con quien mas me ama:

El recorrido para llegar a nuestra cita se me hizo eterno
quería sentirme en sus brazos cobijada en su regazo.
Al llegar ahí empecé a sentir de su presencia aun sin mirarle,
empecé a sentir que un calor invadía todo mi ser
se que me abrazo aun sin verme y que me beso sin mi presencia.

Al llegar a ese lugar que los dos elegimos para nuestro encuentro
empecé a sentir una extraña sensación de tranquilidad,
empecé a sentir que todo dejaba de importar y que ya nada era mejor
que el estar ahí con el.
Solo me bastó  sentir por un instante para que yo cayera postrada a sus pies,
rendida y sin voluntad propia.

No me dijo nada, dejó que yo dijera todo sin importarle que mis lágrimas le mojaran
solo sentía sus caricias llenas de amor, de ese amor puro que un día me juro.
Ahí, solo en sus brazos y en su tierno regazo me he sentido completa
solo con sus caricias me siento verdaderamente amada.
GRACIAS PADRE MIO, gracias por estar ahí para mi siempre,
gracias por escucharme, por besarme con el viento y acariciarme
con los rayos del sol, gracias por nuestras citas en cada amanecer
y por bendecirme en cada anochecer.

Te amo tanto mi Jesús Sacramentado. 

viernes, 21 de febrero de 2020

¿Cuánto tiempo pasó?


Esa mañana como otras volví a aquel lugar que ya amaba con el corazón ¿y por qué razón amaba ese sitio? Lo amaba porque en ese sitio más que en ningún otro Él se hacía presente.
Lo amaba porque el dia y el momento menos pensado hacía que su presencia se notara, a veces dentro de mi me hacia ilusiones y pensaba que juntos nos divertíamos Él queriendo ser encontrado y yo encantada buscandolo.

Eran las 6:30 de la mañana, pero yo tenía cerca de 15 minutos de haber llegado, me encontraba absorta en lo que estaba hablando mentalmente con ÉL cuando dio inicio la Santa misa, todo normal como en otros días, todo lleno de un gran respeto, de misterio y como ya lo dije anteriormente muy sacro.
De repente como ya se estaba haciendo costumbre hizo que su presencia se notara, pero yo veía a las demás personas, a mi lado, en frente y atrás... y ellos parecía que no veían lo que yo estaba viendo.
Tras el momento de la transubstanciación en que el Sacerdote levanta el pan y el vino ya consagrados al sacerdote se le corrieron las mangas del alba y pude ver hilos de sangre transparentes corriendo en sus manos, cerré mis ojos y los apreté pensando en que podía estar imaginando eso... los abrí pensando en que no era real ¡pero sí, era muy real y yo lo estaba viendo! Desde ese dia lo ame mucho mas, ame su presencia en todo y en todos, ame todo aquello que Él me ofrecía, ame nuestros momentos, lo ame tanto que hasta el dia de hoy sueño con volver a ese sitio tan nuestro, y aunque aquí en donde estoy se hace presente sigo pensando en que aquel lugar es nuestro lugar preferido.
 

Toda la vida senti atraccion por lo sacro, lo hermoso y lo misterioso de mi religión,
parecía que algo o alguien me llamaba, era una pequeña voz en mi interior que me decía "ven, sígueme"  

Obviamente me vi obligada a callar esa vocecita interior e ignorarla, aunque al pasar de los años esa voz se canso de llamarme de manera hermosa y para ser tomada en cuenta tuvo que gritarme fuerte y ponerme algunas trabas para que me detuviera y la tomará en cuenta, en ese tiempo a la voz interior ya no le importo que no fuera yo la culpable de ignorarla, realmente ya era adulta por lo tanto SI era ya culpable por seguir ignorándola.

Tan solo mencionare una de las últimas veces, esa vez en la cual me dijo cosas importantes que YO no sabía acerca de mi religión, me mencionó personas de las cuales yo no sabia que existian y otras que se que existieron.

Pero no fue eso lo sorprendente, lo sorprendente fue la voz que escuche, el tono que tenía esa voz, las palabras tan perfectas que usó, la manera tan embelesada en la que yo misma me vi, ¿como fue que me vi a mi misma? ¡no lo se pero me vi!

Me vi a mi misma en un embeleso que hasta el dia de hoy llevo en el corazón y en la mente, al mismo tiempo que me veía, yo misma veía para en donde estaba posada mi mirada pero yo no veía nada ¡válgame Dios diría mi sacrosanta madre!

Pero la Yo embelesada estaba recibiendo un mensaje, mensaje que tuve miedo no poder escribir por el problema que tengo de memoria, pero ¡si! Escribí completo lo que me dijo con esa voz y con esas palabras perfectas.

¿QUE SUCEDIÓ DESPUÉS, A QUIEN LE DIJE DE ESTO, A QUIEN DEBÍA  DECIRLO? 









jueves, 20 de febrero de 2020

Seguimos la historia.

Definitivamente cuando crees o piensas que todo ha terminado vuelve algo o alguien a recordarte que nada termina hasta que cortamos desde lo más profundo con eso que nos daña, que no termina hasta que nosotros mismo pongamos el punto final.